Conclusiones de la Conferencia Mundial del Atún
Salud, sostenibilidad y conveniencia, son la tendencia del mercado atunero.
En el marco de la Conferencia Mundial del Atún “Vigo 2019”, la industria atunera comunitaria consideró fundamental que los Acuerdos Comerciales que se negocien, establezcan disposiciones equilibradas, considerando la sensibilidad de los productos de atún, normas de origen, y la necesidad de garantizar unas reglas de juego estables y comunes, con una vigilancia y control basados en el cumplimiento de los estándares en ámbitos relacionados con los aspectos socio-laborales, medioambientales y de seguridad alimentaria, para una sostenibilidad de la actividad atunera.
Por ello, los representantes del más del 90% de la producción atunera mundial, están convencidos de la necesidad de un desarrollo sostenible, desde el punto de vista económico, social y medioambiental, ya que es la vía para blindar la prosperidad, crecimiento común, y de potenciar su importante dimensión social, dada la fragilidad de la cadena de suministro global y los retos que aúnen la limitada oferta de stocks con una demanda creciente de proteína de atún.
La industria atunera es una industria altamente internacionalizada que desarrolla una actividad fundamental para satisfacer la demanda creciente de un consumidor cada día más global y digitalizado, que valora cada vez más los aspectos saludables, de conveniencia y sostenibilidad de los productos.
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Es así que el atún y sus conservas son productos nutritivos con múltiples propiedades que se deben incluir en una dieta equilibrada. Se tratan de los productos de alimentación más demandados, y que están presentes en la mayoría de los hogares, valorados por los consumidores de todas las edades.
Por eso las innovaciones de producto se están alineando con las tres grandes tendencias del mercado: salud, sostenibilidad y conveniencia, drivers de un mercado que suponen una oportunidad de crecimiento para la industria atunera, que ya trabaja para adaptarse a los nuevos hábitos de los consumidores, que demandan también productos de valor añadido.
Por esta razón, el conjunto del sector debe trabajar para ensalzar la imagen del atún y de las conservas de atún y su posicionamiento en el mercado, evitando que se categorice como un producto “commodity”. En definitiva, generar valor y emociones en nuestros productos a través de la innovación y una comunicación adecuada.
Esto nos permitirá construir un sector competitivo bajo un paraguas de desarrollo sostenible. En este sentido, es imprescindible contar con el apoyo de los gobiernos y de sus Administraciones para defender y apoyar al sector del atún, así como divulgar e informar sobre las propiedades de estos productos y que sean percibidos por el consumidor, la distribución y la sociedad en general de una manera saludable.
La industria atunera a nivel mundial apuesta por la sostenibilidad de los recursos atuneros y su gestión sostenible en coordinación con todas las ORPs, adoptando medidas de conservación eficientes que aseguren una gestión sostenible de los túnidos tropicales, debiendo velarse por una regulación adecuada de la capacidad de pesca por parte de todas las flotas que operan en los diferentes caladeros.
A este respecto, en línea con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, la industria atunera está fuertemente convencida de que la sostenibilidad de los recursos atuneros es una tarea de todos, esencial para disponer de una fuente de suministro estable en el largo plazo, como garantía de competitividad de la industria presente y futura.
La industria conservera a nivel mundial y en particular la española y comunitaria, necesita disponer de un acceso suficiente de atún como materia prima para preservar su competitividad, considerando que ello tiene una relación directa con la relevancia de una industria que genera 2/3 del impacto socioeconómico del sector atunero.
La industria atunera comunitaria apoya la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en todos los eslabones de la cadena de valor como herramienta para garantizar una pesca y un comercio responsable, integrador, amparándose en las recomendaciones e iniciativas internacionales como las promulgadas por FAO.
Con respecto al mercado de la UE, la puesta en marcha del sistema CATCH de control de certificados de captura común a todos los EE.MM supone un reto que deberá suponer mayor homogeneidad y uniformidad en los procedimientos y controles de la normativa comunitaria a este respecto, así como un garante contra la pesca IUU.
Ha quedado patente, que el sector debe apostar por la innovación como herramienta clave que asegure su posición de liderazgo en los mercados internacionales.
En una apuesta continua por la optimización de los procesos productivos, la industria 4.0 basada en la digitalización de todos los eslabones de la cadena de valor es la herramienta de futuro para permitir a través de la inteligencia artificial, machine learning y otras herramientas de tratamiento de datos una pesca, producción y transformación inteligente, eficiente y sostenible.
Por ello, es esencial que las administraciones aseguren que dicha competencia se realice en base al denominado “level playing field”, garantizando la existencia de un control efectivo respecto del cumplimiento de los principios de la responsabilidad social corporativa en el ámbito socio-laboral, medioambiental, de calidad y seguridad alimentaria…entre otros.
Asimismo, este mercado está inmerso en los últimos años en un claro proceso de liberalización comercial en base a las políticas comunitarias y comerciales a nivel global, hecho que también afecta al comercio internacional de América, Medio Oriente, África y Asia.
Esta situación proporciona nuevos retos de mercado, pues los citados continentes presentan una evolución de consumo similar al mostrado en el mercado comunitario, aumentando el interés por el recurso marino, especialmente el atún.
El mercado de la UE es el principal mercado mundial para los productos del mar e igualmente para las conservas de atún, motivo por el cual existe una gran competencia entre los distintos operadores que comercializan sus productos en el mismo, ya sean comunitarios o de terceros países.