Microorganismos benéficos se posicionan como una herramienta clave en la lucha por una agricultura más limpia y eficiente. El Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) lidera un innovador trabajo científico para fortalecer la sostenibilidad del sector bananero ecuatoriano mediante el uso de Trichoderma spp., un hongo benéfico del suelo que actúa como un defensor natural de las plantas.
Este microorganismo mejora la salud del suelo, protege las raíces y reduce el impacto de enfermedades como Sigatoka Negra, Moko y Fusarium Raza 4 Tropical (Foc R4T), consideradas entre las más graves para la producción mundial de musáceas. Su aplicación permite disminuir el uso de productos químicos, promover una agricultura más limpia y cuidar la salud de los agricultores.
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El proyecto se desarrolla en la Estación Experimental Tropical Pichilingue (EETP), dentro del programa DAPME, impulsado por el INIAP con apoyo del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGP) y la cooperación internacional.
En los laboratorios del instituto se han identificado más de 100 microorganismos nativos, entre los cuales destacan tres especies de Trichoderma —asperellum, harzianum y virens—. De ellas, el 45 % logró inhibir completamente el crecimiento del hongo Fusarium en ensayos de laboratorio.
En pruebas de invernadero, los aislamientos de Trichoderma redujeron notablemente la aparición y la gravedad de la marchitez vascular causada por Fusarium Raza 1. Las cepas T. afroharzianum y T. lixii fueron las más destacadas, disminuyendo los síntomas hasta niveles similares a los de plantas sanas, además de favorecer un crecimiento más vigoroso, con pseudotallos gruesos y raíces más robustas.
Estos resultados confirman el doble beneficio de los Trichoderma: combaten los patógenos y estimulan el desarrollo vegetal. Su integración en el manejo agrícola sostenible representa una alternativa efectiva para mejorar la productividad y la sanidad del banano ecuatoriano.
Actualmente, el INIAP trabaja junto a 39 productores en seis provincias, aplicando Trichoderma spp. en más de 970 hectáreas de cultivo. Además, ha implementado ocho laboratorios comunitarios y desarrollado un protocolo para la producción sostenible de bioinsumos, permitiendo a las comunidades reproducir sus propios microorganismos y fortalecer su autonomía técnica y económica.
Estas acciones reafirman el compromiso del INIAP con una agricultura sostenible, competitiva y ambientalmente responsable, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A través de la investigación y la transferencia de conocimiento, la institución impulsa soluciones basadas en la biodiversidad ecuatoriana, posicionando al país como un referente regional en innovación agrobiológica.


