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Nanoalmidón, gran alternativa para fabricar bioplásticos

Actores Productivos

Un equipo de investigadores avanza en la producción de un bioplástico que se elabore no solo a partir de un recurso natural –como la yuca, papa o el ñame–, sino que además se degrade en la naturaleza y se pueda aprovechar, por ejemplo, para compostaje.

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Producir bioplásticos para uso en la industria de empaques, a partir de nanopartículas de almidón, es una nueva alternativa viable y económica, dado que esta sustancia es la más abundante en la naturaleza, después de la celulosa.

Gregorio Simón Díaz Martínez, estudiante de la Maestría en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, hace parte del equipo de investigadores. “Bio no quiere decir biodegradable, porque puede ser un material elaborado a partir de materiales renovables, pero no ser biodegradable”.

Gregorio, aduce que se trata de una alternativa que contribuiría a disminuir el uso de al menos 37,3 millones de toneladas de envases de alimentos plásticos que cada año van a parar al mar. Al respecto, señaló que Asia, con un consumo anual de 10,2 millones de toneladas de plástico, es el continente con mayores usuarios de este material.

El bioplástico que propone el grupo de investigación Ingeniería Agrícola se fabricaría con gránulos de almidón a un nivel de nanopartículas, sometidas a un proceso que obvian  limitaciones  del almidón nativo correspondiente a baja solubilidad en agua fría, alto nivel de retrogradación, capacidad de retención de agua, estabilidad térmica y capacidad emulsificante, entre otras propiedades tecno-funcionales.

Durante el proceso se obtiene un film o película que debe ser resistente y que se pueda estirar, como corresponde a las propiedades mecánicas del material que se busca.

Entre las ventajas de este procedimiento, se destaca que en el proceso mecánico no hay destrucción o adición química al almidón, recomendable, porque no se aplican sustancias que afectan el medioambiente.

Con este procedimiento se obtuvo un biopreparado y ya se han hecho películas que están en proceso de caracterización. “Dependiendo de estas se proyecta escalar el proceso, aumentar la producción, incrementar el tamaño del bioplástico, optimizar el proceso y reducir el consumo de energía”, explica la profesora Edith Marleny Cadena Chamorro.

Es reemplazar los plásticos convencionales, reducir su uso, pues la demanda de plástico es muy alta como para ser atendida por bioplásticos que sean biodegradables.

En desarrollo de diferentes investigaciones de base, los investigadores de la UNAL -sede Medellín- trabajan en esta nueva técnica en alianza con la Universidad de Carolina del Norte, con miras a obtener una patente de invención para escalar el producto.

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