Perros robots agrícolas comienzan a patrullar los campos del Perú, marcando una nueva etapa en la transformación tecnológica del sector. Capaces de medir humedad, temperatura y detectar plagas, estos robots cuadrúpedos se integran al monitoreo de cultivos, ofreciendo una herramienta avanzada para anticipar problemas productivos y optimizar la gestión agrícola con ayuda de la inteligencia artificial.
El campo peruano suma un nuevo aliado: los llamados “perros robots”, una generación de máquinas cuadrúpedas diseñadas para recorrer los cultivos, registrar datos y anticipar problemas productivos. Con sensores, cámaras térmicas y autonomía de movimiento, estos equipos ya empiezan a formar parte del monitoreo agrícola junto a los drones y otras herramientas de precisión.
Estos robots pueden operar en condiciones adversas, desplazarse por terrenos irregulares y transmitir en tiempo real información sobre el estado de los cultivos.
“Están equipados con cámaras infrarrojas, sensores de gases y sistemas de patrullaje automatizado que permiten detectar cambios de temperatura o humedad y alertar al productor de inmediato”, explicó un representante del sector tecnológico.
Del laboratorio al campo
La aplicación de esta tecnología responde a una tendencia global: el uso de inteligencia artificial y robótica para optimizar la producción agrícola. En Perú, la empresa Glexco ya trabaja en soluciones autónomas para la agroindustria, como montacargas compactos que operan sin asistencia humana y transportan hasta dos toneladas en entornos de riesgo.
“El reto está en acelerar la adopción. Hoy existen equipos más accesibles y con retornos de inversión rápidos, en especial los robots paletizadores, muy demandados por la industria alimentaria y agroexportadora”, indicó Tuesta, representante de Glexco.
Según el empresario, los costos de la robótica industrial han caído un 50% en los últimos 20 años, lo que facilita el acceso a estas tecnologías en el agro.
Hacia una agricultura más eficiente y sostenible
El impacto potencial de la robótica en el campo es amplio: mayor productividad, ahorro de recursos, trazabilidad y seguridad para los trabajadores. Estudios del sector estiman que la incorporación de soluciones autónomas puede incrementar la rentabilidad en más de 20%, al reducir pérdidas y mejorar la eficiencia operativa.
Para Glexco, la alianza con la firma internacional Turin, especializada en robótica industrial, permite acercar al país equipos con estándares similares a los de China o Europa, pero adaptados a las necesidades locales.
“Los robots no reemplazan al agricultor: lo ayudan a tomar decisiones más precisas y a concentrarse en tareas de mayor valor. Es el siguiente paso hacia un agro inteligente y sostenible”, concluyó Tuesta.


