
Tarea agraria para el nuevo gobierno: abrir el diálogo entre los 450 mil ganaderos productores de leche, el Ministerio de Agricultura y Riego (Midagri) y los industriales, para resolver un problema que lleva sin solución más de una década, agravado por la crisis económica y financiera, pues no obstante las continuas alzas de los insumos, entre ellos maíz, la soya y las medicinas veterinarias, el precio por litro de leche fresca se mantiene, desde el 2007, en un sol, y a veces 0.90, céntimos, lo que constituye un régimen de expoliación, que en ocasiones ha obligado a los ganaderos a regalar la leche, botarla al río y rematar sus vacas. Males como éste no pueden durar un tiempo tan dilatado, y si persiste el problema, los ganaderos sostienen que en seis meses se verían obligados a un cierre general de establos, con lo cual perderíamos el autoabastecimiento y la población se quedaría sin leche o condenada a tomar leche en polvo importada, recombinada con grasa anhidra y agua. Aquí una versión de este lácteo hirviendo.
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Los lecheros claman por un precio justo
Poco antes de las elecciones los ganaderos lecheros de Arequipa, Cajamarca y Lima, las cuencas de mayor producción, hicieron escuchar su protesta bajo el lema “queremos un precio justo” y, mientras regalaban la leche a los vecinos, denunciaban haber sacrificado 2,000 vacas porque el precio que recibían de los industriales no alcanzaba ni para mantener al ganado. Por cierto el Midagri desde el 2017 está informado, al milímetro, de la estructura no competitiva, en la que la mayor parte del producto se llevan Gloria con 85 % del mercado; Laive y Nestlé con 10 % y 5 % los queseros. La primera domina el mercado y comete oligopsonio, sin que nadie la regule.
El kilo de leche debería venderse a 1.80 soles
El Sr. Iván López Flores, presidente de la Asociación de Ganaderos de La Libertad (AGALL) reporta que en la costa la industria paga —desde hace más de 10 años— entre S/ 1 y S/ 1.13 el litro de leche dependiendo de la calidad y la cercanía a planta. Sin embargo, de acuerdo a sus cálculos, el kilo de leche debería venderse hoy a un precio base de S/ 1.50 y llegar por volumen y bonificaciones hasta los S/ 1.80 “pues el costo de producción ha subido en S/ 0.50 céntimos”, indica.
Los precios no son iguales en todas las cuencas ni en los establos de una misma zona. Eso dependerá del volumen de leche, la calidad y otros factores que señala la industria, explica el Sr. Carlos Lozada García, dueño del fundo América, Arequipa, quien recuerda que las condiciones del mercado no han variado en los últimos 30 años “cuando con la complicidad del Estado se hizo quebrar el intento más grande y serio de organización de empresas productoras, Prolacsur”.
En Puno los acopiadores pagan 90 céntimos/litro
En Puno, donde la industria casi no llega con sus camiones acopiadores, los compradores locales se rigen por el precio que pagan las grandes empresas: S/ 0.90. Si bien en la presente temporada, las lluvias han contribuido a que las praderas naturales y sembríos de alfalfa crezcan generosamente, reemplazando en parte el consumo de maíz amarillo duro y soja, que subieron entre 50 % y 70 %, esta solución es temporal. Los ganaderos producen a pérdida, pues la inversión por kilo de leche es de aproximadamente S/ 1, y lo que paga la industria es también S/ 1 o menos, precisa el Sr. Leoncio Luna Aguilar, de la Asociación Brown Swiss de Puno.
“Nosotros tenemos hijos y queremos que ellos aprendan ganadería y lo hagan mejor, pero si vivimos en total abandono y el gobierno desatiende nuestros pedidos, no lo vamos a lograr. La última vez que vino un ministro de Agricultura aquí fue en el 2019 para clausurar la feria internacional Melgar-Puno”, relata el Sr. Luna Aguilar.
Los industriales no quieren reactivar el Conale
La situación se viene desbordando. Y los intentos para reactivar el Consejo Nacional de la Leche (Conale) —integrado por representantes de la industria, los ganaderos y el gobierno— continúan posponiéndose. El Midagri considera que el problema “está en calma”, tras desembolsar un fondo de 10 millones de soles para otorgar, a través de Agrobanco, créditos baratos, por lo que el Midagri actual no tiene un pronunciamiento sobre el tema, según fuentes extraoficiales. AGROPERÚ Informa se contactó con el área de comunicaciones de Nestlé, pero en esa empresa indicaron que no “había nada que declarar”.
Y si bien Gloria —cuyos dueños son los empresarios Vito Rodríguez Rodríguez y Jorge Rodríguez Rodríguez, considerados como el segundo y sexto peruano más rico del 2021 por la revista Forbes, con fortunas que bordean los US$ 1.400 y US$ 1.000 millones, respectivamente— anunció a través de un comercial en la televisión que ayudaría a sus “asociados”, los productores consultados para esta nota señalan que se trata de un apoyo “intermitente” e insuficiente sólo para seguir a flote por corto tiempo. “¿Por qué nos llaman socios si no recibimos utilidades que podrían ayudarnos?”, preguntan los ganaderos.
Industria quesera, una alternativa
En medio de este panorama desalentador, los ganaderos lecheros ensayan varias fórmulas no solo para mejorar la rentabilidad, sino también, para reducir la dependencia de la industria. Sin embargo, reconocen que muchas de sus buenas intenciones necesitan tiempo para madurar.
Por ejemplo, la Sra. Nivia Vargas Cabanillas, vicepresidenta de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep), comenta a AGROPERÚ Informa sobre la necesidad de fortalecer las plantas de transformación que ya existen e instalar otras. No obstante, refiere que “se necesitaría una inversión que pasa los 10 millones de soles por cada planta”. Además, se requeriría del apoyo del Estado para la promoción del producto en el mercado nacional y extranjero.
Y hay un problema mayor: “Cuando una planta recién instalada comienza a producir no va a necesitar grandes cantidades de leche hasta que se posicione en el mercado. Entonces, el ganadero destinará un poco a la nueva planta y el resto a la industria. Sin embargo, ya ha sucedido que la industria te condiciona: “o le vendes toda la leche o chau”. Ese tipo de extorsión existe en este rubro, dice.
Planta propia, el anhelo de Puno
No obstante, en Puno, la Asociación Brown Swiss va por ese camino: concretar la viabilidad de una planta valorizada en casi 4 millones de soles, para procesar cerca de 50 mil litros de leche y convertirlos en quesos madurados, aprovechando la calidad en sodio que tienen en esa región. El anuncio lo hizo el Sr. Leoncio Luna, quien agregó: “Se podría hacer desde queso fresco, manjarblanco, yogurt y otros derivados lácteos”. “En el yogurt es donde la ganancia a favor del productor es de casi el 100 %; manjar blanco también deja un margen favorable, lo mismo que queso madurado, cuyo comportamiento económico es mucho mejor que el fresco”, indican los especialistas.
Pendiente: restablecer aranceles
“Mientras no se modifique la estructura del mercado no cambiará este tipo de distorsiones en el precio de la leche. Sí, necesitamos que se promueva el libre mercado, pero con una buena regulación. Hoy, ni siquiera tenemos condiciones mínimas de contratación: un día pueden recoger la leche de tu establo, y, al mes siguiente, decirte que “ya no”, denuncia el Sr. Carlos Lozada.
El dirigente ganadero arequipeño recalca que hoy la industria prefiere importar leche en polvo, pese a que es más cara —entre 2,800 y 3,000 dólares la tonelada— respecto a lo que se paga al ganadero por leche fresca. Luego el industrial recombina la leche en polvo para acercarse a la leche fluida, costándole a la industria cerca de dos soles el kilo. Ese producto no es leche, pero Indecopi no exige a la industria precisar el contenido de sus productos tal como lo establece la ley. Esa fiscalización para un producto que se supone alimenticio, no es correcta.
“Se ha visto que cuando el precio en el mercado externo ha subido el precio de la leche en polvo prolongadamente, como pasó entre el 2004 y 2012, se mejoró el precio interno y la importación se redujo en casi 12 % en ese período”, agregó el Sr. Carlos Lozada.
Tanto el Sr. Carlos Lozada de Arequipa, como el Sr. Iván López de La Libertad, coinciden en señalar que la medida a corto plazo deben ser dos: 1) Restablecer los aranceles a la importación de las variedades de leche en polvo —eliminado en el 2008 por el gobierno de Alan García—; y, 2) Exigir que la industria mejore el precio de la leche en campo. Y un plus: que se regule el monopolio de la industria de la leche.