Las verdaderas causas del descalabro de la papa en Boyacá

Las verdaderas causas del descalabro de la papa en Boyacá

Actores Productivos

Flor Alba Rodríguez ha vivido toda su vida en una finca de Samacá (Boyacá). En sus 40 años de vida no conoce otro oficio que no sea ‘vivir de la tierra’.

Con este trabajo sacó adelante a sus nueve hijos, tres de ellos ya viven fuera y se mantiene por sí mismos, pero Flor Alba y su esposo deben mantener a los otros seis.

Se levanta a las 3 de la mañana a alistar el ganado y se va a arreglar la tierra de su cultivo de papas, que es el que más ganancia le daba, por lo menos hasta el pasado mes de septiembre, cuando las cosas comenzaron a complicarse.

Los bajos precios del bulto de papa que se registran desde hace dos meses tienen en crisis a los campesinos boyacenses, que antes vendían el bulto en 50.000 pesos y ahora solo les dan 8.000 pesos por la producción. Muchos de ellos deben salir con el bulto al hombro en las carreteras para poder venderlo.

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«Antes vendíamos unos 5 viajes y ahora solo un viaje por mucho a la semana. No tenemos quien nos compre y pues nos quedamos con toda la papa regada en la finca. Acá hay mucha papa, no entendemos por qué importan y eso nos baja los precios«, indicó Flor Alba.

Llevar los bultos de papa a las centrales de abastos hace que el precio se encarezca. «Nosotros tenemos que pagar obreros, y la llevada porque acá siempre estamos retirados, a veces nos ha tocado sacarlo a lomo de mula», dice la mujer.

A comparación de sus amigos campesinos, Flor no puede sacar a vender la papa en la vía entre Bogotá y Tunja, porque le queda muy retirado, lo que se suma a la crisis que está viviendo pues el sustento de toda su familia depende de este oficio.

A su esposo le tocó volver a trabajar en las minas para poder darles de comer a sus hijos. «Antes podíamos comprar la cajita de panela, ahora a duras penas podemos comprar una sola panela o nos toca consumir menos, porque acá somos muchos y tenemos muchas deudas en los bancos», relata Flor Alba.

Y es que no solo los bajos precios de la papa han afectado a esta familia, «las heladas nos han hecho perder cosechas y no tenemos un seguro que nos responda por cosecha», dijo.

A mi esposo le tocó irse a trabajar a las minas y dejar todo acá, y yo por lo que tengo a mis hijos me toca quedarme, no hay de otra

Para evitar quedar mal con los bancos, a Flor Alba le ha tocado vender las vacas que le quedan en la finca. Ahora debe 8 millones que sacó de préstamos para sembrar su cosecha, pero tiene claro que debe aguantar por sus hijos.

«A mi esposo le tocó irse a trabajar a las minas y dejar todo acá, y yo por lo que tengo a mis hijos me toca quedarme, no hay de otra, pero no aguantamos más, no hay qué camino coger», indicó Flor Alba.

La crisis de la papa va más allá de las consecuencias del covid-19

La inusual escena de los campesinos de Boyacá vendiendo bultos de papa a orillas de la carretera entre Tunja y Bogotá es el reflejo de una problemática que va más allá de la pandemia.

Hace más de una semana los agricultores de la región dejaron de ir a las centrales de abastos porque «no hay quien les compre». Su última esperanza es vender a los viajeros un bulto de papa por 7.000 pesos, aunque hace un mes ese mismo bulto podía valer hasta 50.000 pesos.

Este precio contrasta con el boletín publicado el viernes por el Fondo Nacional de Fomento de la Papa (Fedepapa), en el cual se informó que en Corabastos (Bogotá) se vende el bulto de papa pastusa a 33.000 pesos; la capiro, a 28.000; la criolla, a 65.000. Y la tuquerreña, a 55.000 pesos.

Si bien la disminución del consumo por causa del covid-19 es una de las explicaciones que se le ha dado a esta crisis que tiene perjudicados a más de 100.000 productores en todo el país, los campesinos consideran que el drama que viven por estos días no solo tiene que ver con la baja demanda por el covid-19.

Producir un kilo de papa en Colombia es uno de los más altos en Latinoamérica

Entre sus virus, aseguran, están las importaciones, los altos costos de producción y la falta de inversión en el campo.

Para los campesinos no tiene sentido que un país que produce en promedio más de 2’700.000 toneladas de este alimento anualmente esté importando el mismo producto. Y es que el ingreso de papa al país se ha multiplicado casi por seis en los últimos 10 años.

Mientras que en el 2009 a Colombia entraron 8.981 toneladas de papa procesada, el año pasado se importaron 58.616, la mayoría provenientes de países de Europa como Bélgica, Alemania y Holanda.

Para el representante a la Cámara por el departamento de Boyacá César Pachón, con la apertura económica que se inició en los años noventa y los tratados de libre comercio que se han firmado en los últimos años pusieron a competir en desventaja a los agricultores colombianos contra los extranjeros, pues, explica, no se dio capacitación, no hay asistencia técnica y no se ha desarrollado la agroindustria, elementos que sí tienen otros países, incluso algunos de la región.

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Esta desventaja tiene como consecuencia, por ejemplo, la imposibilidad de exportar papa en fresco, ya que en Colombia no se cumplen con los requisitos fitosanitarios y somos uno de los países con más plagas y hongos.

De igual forma, existe la dificultad de exportar papa precocida congelada porque los costos no lo permiten: «producir un kilo de papa en Colombia es uno de los más altos en Latinoamérica», agregó Pachón.

Consecuencias del covid-19

La pandemia terminó de afectar a los paperos. El nivel del consumo cambió drásticamente con las nuevas dinámicas de la ciudadanía.

Por ejemplo, a los niños cuando van al colegio les compran para su lonchera paquetes de papas, pero como la mayoría de los colegios están trabajando desde la virtualidad, este mercado no está vendiendo lo que acostumbra. De hecho, normalmente cuando los niños salen a vacaciones el consumo varía. De igual forma, la capacidad de compra de las familias se vio afectada por el desempleo.

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Pachón considera que si en Colombia hubiera un sistema agropecuario con planificación, inversión y un mejoramiento de las técnicas, las consecuencias de la pandemia «se llevarían de una mejor manera».

Producirla cuesta unos 32.000 pesos -con llevada a las centrales de abastos- y hoy solo están pagando 8.000 por bulto, no es rentable para nadie

Esto es lo que los tiene casi que regalando los bultos de papa en la carretera.

«Producirla cuesta unos 32.000 pesos (con llevada a las centrales de abastos) y hoy solo están pagando 8.000 por bulto, no es rentable para nadie», contó a EL TIEMPO Luis Alejandro Jiménez, uno de los campesinos que está saliendo a la carretera. Y es tanta la papa que hay que algunos cultivadores de Ventaquemada ya la están botando.

Otra de las causas de esta crisis, explicó Nelson Bohórquez, alcalde de Ventaquemada, uno de los municipios más afectados, es la sobreproducción. Según el mandatario local, cuando en su municipio no se encuentran oportunidades laborales, la única opción que encuentran las personas es cultivar papa. Prueba de esto es que de los 18.000 habitantes del municipio, el 70 por ciento se dedica a esta actividad.

Sin embargo, esta situación, contaron desde Fedepapa, es exclusiva en Boyacá y no se ha presentado en las demás regiones paperas del país, donde se está vendiendo, aunque no a los precios más elevados.

Las ayudas del Gobierno

Ante la crisis, el Gobierno Nacional anunció un incentivo a la comercialización de papa por 30.000 millones de pesos, el cual llegará a más de 25.000 productores y permitirá a comercializar alrededor de 200.000 toneladas que se van a producir entre noviembre y diciembre.

Según Pachón, esta ayuda es bienvenida, pero «se va a quedar corta» y debe haber una transformación de fondo en el agro colombiano.

«Tiene que haber voluntad política e incluso replantear el sistema organizativo, institucional y productivo de la papa y de todos los sectores del agro, porque no se puede continuar de esta manera», comentó el representante, e hizo un llamado a los gobiernos locales, ya que considera que no solamente es un asunto del Gobierno Nacional.

En ese sentido opinó Germán Palacio, gerente de Fedepapa. Para el líder gremial, «es indispensable la empresarización y así evitar que sean otros los que pongan los precios en el momento de compra y venta». Y agregó que se deben buscar otros mercados e ir abriéndole espacio a la papa colombiana a nivel mundial.

Es indispensable la empresarización y así evitar que sean otros los que pongan los precios en el momento de compra y venta

Dentro de las propuestas para solucionar los problemas del campo, especialmente de los paperos, está la del alcalde de Ventaquemada, para quien es indispensable tener una base de datos de todos los cultivadores de papa y tener clara cuál será su producción, para así establecer un plan de mercado y evitar que parte de los cultivos se queden sin vender.

Por ahora, es incierto el futuro de los cultivadores de papa. Lo único que tienen seguro es que a sus preocupaciones de hoy (como no tener quién les compre su cultivo) en diciembre y enero se sumarán las heladas, que posiblemente quemarán miles de cultivos.

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